¿Por qué Tesla levanta tantas pasiones? Probamos el Tesla Model X, 100% eléctrico, hiperconectado y con hasta siete plazas, para descubrir sus secretos. Acelera como un superdeportivo y recorre 565 kilómetros sin recargarse.
El Model X es un coche inusual. Tan inusual como sus puertas en alas de gaviota -Tesla las llama de halcón-, que cuentan con seis sensores para evitar accidentes y sólo necesitan 30 cm por cada lado para desplegarse. Tan inusual que quizá sea la perfecta receta para un mundo en transición.
A caballo entre todocamino y monovolumen, su esencia está en su tren de potencia 100% eléctrico. Posee dos motores eléctricos, uno por eje, que le dotan de tracción total permanente y entregan hasta 539 caballos, con una autonomía máxima de 565 km en el modelo probado, el P100D, su tope de gama. Su aceleración es de superdeportivo, con un 0-100 km/h en 3,1 segundos usando el modo ludicrous o absurdo. Aquí empiezan sus contradicciones con su espíritu de coche práctico, por ejemplo en cuanto a espacio interior, que puede solicitarse con cinco asientos de serie, o añadir uno o dos adicionales (lo que aumenta su factura en 3.450 o 4.600 euros, respectivamente).
Un segundo contraste llega en relación con su velocidad máxima de 250 km/h. Le ayuda un coeficiente aerodinámico de sólo 0,24 Cd, uno de los mejores del mercado. Sin embargo, su dirección no está al nivel, es menos refinada que la de sus rivales en precio y espacio. Al Model X le cuesta más meter el morro al comienzo de los giros, resultando ligeramente subvirador. También su plataforma denota las dificultades de los eléctricos para igualarse al resto en precisión: sus 2.550 kg de peso y más de cinco metros de largo no le ayudan a ser más ágil. Buena parte de ese peso lo aportan las baterías situadas en el piso, lo que hace más difícil una puesta a punto ideal del chasis.
Pero esta disposición también tiene ventajas. Rebaja su punto de gravedad, lo que dificulta el vuelco. Las estructuras que acogen las pilas aportan un extra de protección en caso de impacto lateral. Y la ausencia de motor bajo el capó (hay un maletero) evita ese elemento intrusivo -rígido y pesado- hacia el habitáculo en caso de choque frontal. Su filtro HEPA de grado médico elimina en un 99,9% bacterias, virus y contaminación del aire.
Como seguridad activa cuenta con sistema anticolisión y frenado de emergencia automático, que se implantan mediante actualizaciones vía web. Es otro de sus puntos fuertes, la conectividad. Esto permitirá incorporar novedades para estrenar coche de cuando en cuando. Una conectividad cuya ventana más elocuente es su pantalla táctil vertical de 17 pulgadas (43 cm en diagonal). En ella aparecen los posibles puntos de recarga para poder planificar el viaje. La firma, cuyo valor en Bolsa, por encima de 50.000 millones de dólares, ha llegado a superar el de General Motors para convertirse en la primera empresa automovilística de EEUU por capitalización bursátil, acaba de instalar su décimo supercargador en España. Enlazan rutas frecuentes, como Barcelona-Madrid o Alicante-Madrid y cargan 270 km en media hora. Existen, además, 90 cargadores en destino (hoteles, centros comerciales, resorts y restaurantes) que aumentan su autonomía 100 km en una hora.
La pantalla sirve para mucho más, desde la apertura de puertas, las luces, la climatización, la altura de la suspensión, etcétera. Es otra de las contradicciones de un coche que vela por la seguridad, pero que fuerza al conductor a quitar la vista de la carretera y atender una serie de pantallas y menús para casi todo.
No pudimos probar el Autopilot, cuyo fin último será el coche autónomo y que se apoya en ocho cámaras, un radar y 12 sensores. De momento cuenta con control de crucero, adaptando la velocidad al tráfico; control de mantenimiento de carril; cambio de carril automático activando el intermitente; aparcamiento automático y la funcionalidad Summon, que permite moverlo desde la app del coche para, por ejemplo, sacarlo de una plaza muy estrecha.
Respecto a su interior, sus materiales y acabados no son premium. El parabrisas panorámico es el más grande del mercado, lo que con sol a veces es incómodo. Tampoco es fácil el acceso a las dos plazas traseras. El Model X se puede alimentar en cualquier enchufe (en uno normal carga 150 km en ocho horas).
