Los débiles no luchaban. Los fuertes puede que lucharan una hora. Los que aún eran más fuertes luchaban unos años. Pero sin duda los más fuertes de todos, esos luchaban a lo largo de toda su vida. Esos eran los indispensables.
juanrlg escribió:Bueno, creo que aunque no aporte nada yo últimamente... el nivel esta muy alto.
Geniales, chicos.
Pues ya sabes Juanra, aquí lo importante es aportar y tu lo has hecho y mucho...
Yo ahora tengo más tiempo y lo de buscar frases me empieza a enganchar.
El ego es tu peor enemigo. Cuanto antes te deshagas de él, antes podrás ver Aquello que realmente eres. La forma de deshacerte de él no es combatirlo. Eso le dota de realidad y le hace más fuerte. Basta "únicamente" (como si fuese fácil) con dejar de prestarle tu atención, que es su única fuente de existencia.
Nada real puede ser amenazado. Nada irreal existe. En esto radica la Paz de Dios.
Una forma de combatirlo es ser humilde y saber reconocer tus errores, sobre todo si le has hecho daño a una persona. Pedir disculpas significa madurar y perdonar también.
Ser humilde significa aceptar Aquello que realmente eres, y no querer saber más que Quien te creó. Tú eres un dios, y estás tan por encima de todo error posible como la Luna. Para el ego, esto es una afirmación de sublime arrogancia y soberbia. La teme sobremanera, porque ello supondría su desaparición, la cual ocurriría irremediablemente tan pronto como te des cuenta de qué es Aquello que tú eres.
Y estoy de acuerdo en que el perdón es la llave de todo. Pero hay que tener cuidado con lo que entendemos por "perdón", porque el ego tiene su propia versión distorsionada y aberrada de lo que es el perdón, como la tiene de todo lo demás (del amor, la generosidad, la empatía, la felicidad, la paz, y hasta del propio Dios).
Para el ego, hay que perdonar algo que hizo "otro" distinto de ti que se encuentra ahí "fuera", alguien que no eres tú y con cuyos actos tú no tienes nada que ver. Te parece que los demás están separados de ti, que son capaces de adoptar comportamientos que no tienen repercusión alguna sobre tus pensamientos, y que los que tú adoptas no tienen repercusión sobre los de ellos. Tus actitudes, por lo tanto, no tienen ningún efecto sobre ellos, y sus súplicas de ayuda no guardan relación alguna con las tuyas. Crees, además, que ellos pueden cometer faltas sin que ello afecte la percepción que tienes de ti mismo, mientras que tú puedes juzgar sus faltas y mantenerte a salvo de tu propia condena y en paz.
Cuando "perdonas" su falta, no ganas nada con ello directamente. Es una ofrenda de caridad a alguien que no la merece, a fin de demostrar simplemente que tú eres mejor y que te encuentras en un plano superior a él. Él no se ha ganado la limosna de tu tolerancia (que tú le concedes sabiendo que no es digno de esa ofrenda) ya que sus faltas lo han situado muy por debajo de una verdadera igualdad contigo. No tiene derecho a tu perdón, el cual supone un regalo para él, pero no para ti.
De este modo, el perdón es básicamente algo falso: un capricho caritativo, benévolo tal vez, pero inmerecido. Una dádiva que a veces se concede y a veces se niega. Puesto que es inmerecido, es justo no otorgarlo, pero no es justo que tú tengas que sufrir por haberte negado a concederlo. La falta que perdonas no es tu falta. Alguien que se encuentra separado de ti la cometió. Y si tú entonces eres magnánimo con él y le concedes lo que no se merece, la dádiva es algo tan ajeno a ti como lo fue su falta.
Si esto fuese verdad, el perdón no tendría ningún fundamento sobre el que basarse con certeza y seguridad. Sería una excentricidad, según la cual a veces decides conceder indulgentemente un indulto inmerecido. Conservarías, no obstante, el derecho a no eximir al infractor de su justa retribución por su falta.
Nada real puede ser amenazado. Nada irreal existe. En esto radica la Paz de Dios.
Me has dejao ojiplático Orestes, estás hecho un filósofo...
El perdón es la acción por la que una persona disculpa a otro una acción considerada como ofensa, renunciando eventualmente a vengarse, o reclamar un justo castigo o restitución, optando por no tener en cuenta la ofensa en el futuro, de modo que las relaciones entre ofensor perdonado y ofendido perdonante no queden mas o menos afectadas. El perdonante no "hace justicia" con su concesión del perdón, sino que renuncia a la justicia al renunciar a la venganza, o al justo castigo o compensación, en aras de intereses superiores. El perdón no debe confundirse con el olvido de la ofensa recibida. Tampoco perdona quien no se siente ofendido por lo que otras personas considerarían una ofensa.Tampoco perdona quien deja de sentirse ofendido tras las explicaciones del presunto ofensor que hacen ver la inexistencia originaria de ofensa alguna. El perdón es obviamente un beneficio para el perdonado, pero también sirve al perdonante (que también está interesado en ver recompuestas total o parcialmente sus relaciones con el ofensor y en ocasiones cumple al perdonar una obligación moral o religiosa) y a la sociedad, pues contribuye a la paz y cohesión sociales y evita espirales de venganzas, motivo por el que religiones y diversas corrientes filosóficas lo recomiendan.
Cito la wikipedia porque yo no tengo esa facilidad de expresión que tienes tu. De todas formas cuando escribes igual que cuando montas un vídeo y quieres comunicar algo, me quedo con la máxima de que lo bueno si es breve, dos veces bueno. Esto parece un foro filosofico válgameee.